¡Gloria a DIOS en las alturas y paz
en la tierra a los hombres de buena voluntad!
El hombre, creación de
DIOS, parece no querer comprender, cual es su verdadera misión, no solo en la
tierra, sino en los infinitos mundos, que esperan su magna presencia, para entregarle
toda su sabiduría y se convierta en un ser, cada vez más sabio y más perfecto,
delante del PADRE CREADOR y de la MADRE NATURALEZA.
¿En que momento, el
espíritu del hombre, siendo Luz, Amor, Sabiduría, Fortaleza, Perfección, siendo
un sol, perdió su brillo; en que momento también perdió el camino perfecto de
la Luz, del Amor, de la armonía y se
interno en ese bosque espeso y oscuro, que el mismo creo, en el que se confundió,
se extravió y no pudo volver a encontrar el camino de regreso? teniendo la
fortaleza para crear la Luz, el amor y la paz, pero queriendo ser más grande y
más intenso que el CREADOR, se dedico a formar el dolor, la tristeza y la angustia
en forma de envidia, que logro seducir los hijos de la Luz.
Hermanos, muchos siglos
desde que la MADRE NATURALEZA fue extendida para que sus hijos se extasíen, ha
venido la confusión, el dolor, la angustia ¿por qué? porque el uno quiere ver más la luz, el otro
quiere entrar más a la oscuridad y el otro quiere agarrar toda la semilla para
sepultarla en la angustia, en la tristeza; pero nuestro PADRE es tan grande,
tan puro, tan tierno, que esa semilla nunca la deja abandonada, él siempre esta
presente, siempre esta frente a frente a sus hijos; siempre, en todos los
tiempos ha enviado sus grandes mensajeros, ha recoger a sus hijos que están
ausentes de ese hogar perfecto, que algún día el CREADOR formo.
Los hijos del CREADOR, fuimos
hechos para ser amor, para ser sabiduría, para ser armonía, para extasiarse mi
PADRE y la MADRE NATURALEZA en sus hijos ¿pero que ha pasado? antes por el contrario, muchos de sus hijos
están perdidos en las aguas oscuras y en los bosques, donde moran los bichos,
donde moran las criaturas que han perdido ó que no quisieron recibir de esos
tiempos, la sabiduría que a cada uno de nuestros hermanos le pertenecía, por
ser sabiduría nítida de nuestro PADRE; hermanos, hijos de la luz, luz
del amor del PADRE y la MADRE
NATURALEZA, porque son dos en uno solo, para multiplicar en los mundos que
nuestro PADRE los formó de la nada; pero sus hijos están perdidos, no conocen
los caminos, no conocen el amor, no conocen la luz que es eterna y que nuestro
PADRE sonrió en vuestra MADRE NATURALEZA y dijo: esposa, te hice para formar
vuestros pueblos, vuestras naciones y vuestras ciudades; para que sean dos en
uno y se multipliquen como peces en las aguas, como flores en el bosque y
también como perfume en los mundos de sabiduría, que es la luz de nuestro PADRE
en la MADRE NATURALEZA.
Que pesar, que dolor, que
le causa a vuestro PADRE y a vuestra MADRE NATURALEZA, que fuimos cristalinos y
nítidos, como cuando caen las gotas de agua cristalizadas en los aires, así
éramos todos; con tanta sabiduría que el CREADOR nos hizo, nos dio los sentidos
nítidos que resplandecían, como resplandecen aún todavía ciertas estrellas, así
relumbrábamos todos y nos extendíamos sobre las nubes y éramos más nítidos que una
gota de agua en un cristal que es nítida, pura e inocente; éramos tan nítidos,
tan puros y a la vez inocentes del dolor, de la angustia, de la tristeza, de
mucha sabiduría y sabios; con que nuestro PADRE levantara su mirada y nos
quedara viendo, le contestábamos llenos de luz y llenos de sabiduría: “PADRE,
vamos a despejar los mundos que tú has formado para vuestros hogares” y eran
como el aire, cuando levanta los pétalos de las flores y llegaban hacia mi
PADRE nítidos, como el brillo de los soles, cuando iban a extasiarse en la
MADRE NATURALEZA y dar su luz a cada árbol, a cada hoja, a cada rama,
convertidos en perfume; pero hoy hemos perdido todo; el camino principal, que
es la luz, el segundo que es el amor y el tercero es la vida eterna, que son
caminos nítidos de sabiduría de nuestro PADRE, que sonreía y nos decía: sigue
adelante que tendrás los mismos principios de mi esposa y de mi.
Estos hijos se extasiaron
tanto, que hoy estamos perdidos en el bosque, sin saber quienes somos, sin
saber como nos llamamos, no sabemos como llegamos a los mundos a multiplicar,
sino que lo hacemos porque lo tenemos que hacer, pero no conocemos la sabiduría
nítida que es luz, amor, paz, vida eterna y que esa vida, es como el árbol que
mora en las grandes montañas, llamadas Ceibas, pero son nítidas sabidurías
eternas de los siglos de los siglos, llamados así en los mundos terráqueos; pero
ante nuestro PADRE, es como si fuesen segundos de amor, segundos de
tranquilidad, segundos de paz, segundos de regocijo, de luz, de amor, de vida eterna; pero acá estamos
confundidos, estamos sordos, ciegos y mudos; miramos pero no sabemos que
miramos, nuestra luz esta guardada, porque la luz no se pierde entre nuestros
hermanos, queda guardada como en un estuche de luz; pero como la perdimos con
angustia, con tristeza; así mismo la debemos volver ha recoger, porque la luz
de nuestro PADRE no se pierde nunca; todos somos uno solo en nuestro PADRE; así
como las aguas por más sucias o turbias que estén ó por más oscuras que se vean, cuando entran en los poros de la
tierra, o en los poros de la MADRE NATURALEZA, la va purificando y salen por
las venas, que aún se convierten en la MADRE NATURALEZA y en su esposo, que es nuestro PADRE; salen
cristalinas y forman las grandes zanjas, hasta formar los grandes ríos y los
grandes mares, pero son nítidas, tiernas, pero que solas se van purificando en
los poros de la MADRE NATURALEZA y así tenemos que ser todos nosotros. Pero hoy
ya no se encuentran en la MADRE NATURALEZA, seres de luz, que entren y caminen
sobre el aire, como camina el pajarito, como caminan también aquellas mariposas,
como caminan aquellos nítidos perfumes de las grandes ceibas de las montañas,
donde salen partículas en forma de flor, así son nuestros hermanos llenos de
luz, así llegamos, así fuimos armados, como se arma esa luz que es pétalo a
pétalo de rosa.
Nuestro PADRE espera que
algún día regresemos, así como él nos formo; así como con un soplo, como
jugando, cuando juega el niño inocente, así nos dio la vida, su luz, su
sabiduría, su entendimiento, para florecer y entregar su perfume a mi PADRE y
su cuerpecillo a la MADRE NATURALEZA, para convertirse en luz, en mundos de
vida, de ternura y de sabiduría; para
que entre como entran las aguas en las
venas de la MADRE NATURALEZA, como entra ese sabio espíritu en las venas de
nuestro PADRE que es luz intensa, tan inmensa, tan nítida, que nunca terminaras de conocer, porque es
nuestro PADRE ETERNO, donde una sola vez dijo: hágase la MADRE NATURALEZA y la MADRE NATURALEZA fue hecha como su
esposa; hágase la luz, porque soy luz y así se hizo; somos todo luz, todo amor,
todo vida y traspasamos los mundos, porque no es uno ni dos, sino cada
estrellita, cada sol de cada mundo, porque en cada mundo que mi PADRE hizo, hay
soles, hay estrellas, hay nítidos pajarillos, hay nítidos hijos todavía de mi
PADRE formando perfume, donde lo arropan y lo arrullan a mi PADRE y mi PADRE se
extasea, como cuando el pajarillo llamado kínder en los mundos de luz, en la
tierra llamado chupaflor, que se extasea olfateando el perfume tan inmenso, se llena, se regocija del
perfume de las flores; así somos todos los hijos de mi PADRE.
¿Por qué hemos perdido
tanto amor, tanta luz, tanta armonía, tanta ternura? que podíamos extender
mucho más y formar más mundos como mi PADRE, porque dio el derecho de tener la
misma sabiduría y la misma armonía de mi PADRE; hermanos, tal vez ustedes dirán,
esto no lo entendemos, pero entiendan, que es nítida luz, nítido amor, nítida
paz y nítido como el pajarito cuando vuela, absorbe el perfume, sonríe, se
eleva y aletea, dando gracias a ese PADRE que nos dio la vida y el espíritu que
es eterno; pero que tenemos la armonía sepultada en los estuches de nuestro
PADRE, pero llegara el día que el hijo de mi PADRE, entenderá estas palabras, pero mientas
tengamos oídos y seamos sordos, tengamos ojos y estemos ciegos, teniendo voz y
estemos mudos, porque cada uno hace lo
que cree que tiene que hacer, porque no se puede dejar del hermano
soberbio, del hermano vanidoso, del hermano creído y del hermano que se azota y
azota la luz de los hermanos de mi espíritu.
Hay una luz que no es
ciega, no es sorda, no es muda, ustedes están aquí y esa luz esta extendida en
todo el mundo terráqueo, nos esta viendo, nos esta oyendo y nos esta sintiendo
y siempre esta sintiendo el dolor con el que francamente cada uno, esta
subyugado, esta obligado a la angustia, al sufrimiento; el que más da oscuridad
es el más creído, más vanidoso y más humilla su espíritu; lo vuelve amargura,
oscuridad y un dolor; de ahí es que muchos hasta reniegan de existir en este
mundo de la MADRE NATURALEZA, que es el placer de nuestro PADRE, que es la luz
eterna de nuestro PADRE, que es, la vida.
Amémonos los unos a los
otros como hermanos, todos somos iguales: sin importar el color de la piel ó el
estatus social; todos somos una sola luz, todos somos un solo amor, una sola
paz, una sola armonía y se extiende como se extiende el sol, iluminando todos
los rincones.
Una cosa es decir qué es
luz, qué es el camino hacia el PADRE, que es un camino nítido, lucido, sin
tropezones, como los que tiene cada uno; no es la MADRE NATURALEZA la que
entrega los tropezones, es el hombre quien los forma, porque no se quiere el
uno con el otro, el uno es más, el otro es más y el otro es mucho más, hasta
que van siendo como la hoja seca cuando se cae del árbol, porque ya ha
entregado su esencia a mi PADRE y el hombre que lleva toda su sabiduría, toda
la dicha, toda la luz, no entrega nada al PADRE CREADOR; porque se hace el
ciego, el sordo y el mudo y esta pobrecito de espíritu; porque no es pobre el
que tiene su cuerpo y muchas veces no tiene el bocado para llevarlo a sus
labios; pobre, enfermo, lacroso, es el que tiene ojos y no ve, el que tiene
oídos y no oye, el que tiene esa luz y la sello entre los mundos, pero que aún
le pertenece, porque es hijo del CREADOR; somos un solo árbol, con distintas
pepas, con distintas semillas, con distintas flores, con distintas hojas y un solo aroma que se convierte en
luz, cuando de verdad sabe dar buena semilla y buena armonía y que de verdad
ama; como cuando el árbol ventea y el árbol vota su escarcha y deja su luz y
vota su fruto, para que los hijos del PADRE ETERNO, se regocijen y estén
regocijados sus cuerpos, de la fruta que da el árbol, que es el mismo
condimento de mi PADRE y la MADRE NATURALEZA.
La tierra tiene más poros
que un hijo del CREADOR, por los cuales respira, cuando ya le tapan los poros,
que no puede respirar, que pesa demasiado, porque ya no puede con todo lo que
sus propios hijos extienden sobre ella, ahí es donde verdaderamente mi PADRE,
de los poros mismos de la MADRE NATURALEZA, levanta sus aguas hacia lo
infinito, la baña y la MADRE NATURALEZA, da gracias y estrecha a su esposo;
como una madre carnal estrecha su bebecito cuando recién acaba de nacer, pero
que a la MADRE NATURALEZA, solo la ve mi PADRE, su esencia, su luz y también su
fruto; más el hombre no ve sino como un pedazo de barro, como un pedazo de
piedra, ve que corren las aguas, pero no se da cuenta que la luz de mi PADRE es
la que se extiende poro a poro, para lavar aquella esposa, donde todo lo da, donde
todo lo entrega, donde es sabiduría, vida y amor para sus hijos.
Hermanos ustedes dirán,
por qué escuchamos esta amargura, este dolor, les digo mis queridos amigos y
hermanos, ¡no es así!, es un amor intenso, es una sabiduría, que se ha
entregado para enseñar al hombre, qué es la MADRE NATURALEZA, qué es nuestro
PADRE y por qué sus hijos son tan ingratos, que no nos entendemos y cada uno
busca y abraza sus placeres materiales, pero no miran qué es mi PADRE, qué es
la MADRE NATURALEZA y qué son sus hijos, que es una sola partícula en mi PADRE
y en la MADRE NATURALEZA, de luz, amor y vida, que nunca se acabara.
Somos como la luz, cuando
salen los soles en los distintos mundos, porque no es solo este mundo, cada
estrella, cada sol que son sus hijos, son mundos y en cada mundo hay otros
mundos, pero mundos de sabiduría, mundos de amor, mundos de fortaleza, mundos
de fuerza, mundos de valor, que soportan todo el dolor del hombre, porque ese
dolor lo entrega hacia los mundos; porque existen muchos hermanos que no lo
soportan, pero es su mismo veneno que ha formado y ese veneno lo extienden en
las aguas, que vuestra MADRE NATURALEZA tiene que lavar, tiene que sacudirse,
para explotar todo lo que sus hijos entregan y no miran hacia la luz, que somos
luz, amor, vida y que tenemos que pedirle a mi PADRE, fortaleza para soportar,
lo que los hermanos de la luz, no quieren escuchar, ni ver, ni sentir, porque
los sentidos están sepultados y es como cuando coges una mata de caña, la
exprimes y queda solo el bagazo vacio, que se ha convertido en basura.
Mi PADRE se extiende
sobre la MADRE NATURALEZA, se extiende para ver sus hijos tirados en el
abandono, convertidos en dolor, llagosos y llenos de sabiduría tirana, maligna,
amarga y cruel; el que quiere ver mi PADRE e internarse en él, es luz, armonía,
paz, gloria y vida eterna.
Gracias, gracias dice mi
PADRE, a sus hijos que desean buscar algo nítido y puro, pero sean nítidos como
es la luz, nítidos como son las aguas que pasan por los poros y limpian las
venas de vuestra MADRE NATURALEZA, la madre de todo, de todo lo que alcanzas a
sentir, a ver y oír; porque palpar y mirar los soles de los distintos mundos,
es muy divino, muy precioso y mi PADRE se extasea, cuando la MADRE NATURALEZA se
sacude y pide: esposo, baña vuestras venas, que son los ríos, las quebradillas,
que mi PADRE ha dado para bañar la MADRE NATURALEZA, así como cuando nosotros verdaderamente necesitamos bañarnos, para limpiar nuestro cuerpo, que nada se convierte,
pero nuestro espíritu es luz, es estrella, cuando de verdad somos reconocidos
ante mi PADRE, como una estrella nítida y pura; entre más te entregues a tus
hermanos, con amor, con paz, más vida eterna tendrás y más sabiduría serás y
más luz se extenderá, porque somos todos una sola luz, una sola armonía y una
sola ternura en mi PADRE; pero cada uno se ha ido retirando como la fruta,
cuando cae del árbol y se extiende, pero que ha sido de un solo árbol y esa
fruta se interna entre la tierra, para darle comida al pequeño animalillo, pero
que nada se pierde, todo es luz, todo es eterna vida y que nosotros sus hijos,
damos vueltas, vueltas y cogemos distintos cuerpos, cuando no queremos oír,
cuando no queremos ver, no queremos sentir y cuando entramos al túnel de la
oscuridad, salimos y no vemos el camino infinito de la luz.
Cuando se encuentren en
el mundo de mi PADRE y de verdad se amen los unos a los otros como hermanos;
como partículas del mismo árbol, den gracias a mi PADRE y amen a cualquier
hermano y abrásenlo, como se abraza a la MADRE NATURALEZA, entonces conocerán
los distintos caminos; entre más humilde en cuerpo seas, más grande en espíritu
serás, porque entonces ya serás un sol o estrellas o serás mundos de alegría,
abrazando a vuestro PADRE; mientras, estés corpulento y grande como el león y
fuerte como la pantera, pídele a DIOS paz, amor y pide luz para entender,
porque sino, no entenderás; entre más grande te encuentres en el piso de la
MADRE NATURALEZA, más oscuro serás, extiende y recibe la luz, humilde, humilde
como la luz, humilde como el aire que nos arropa, que lo ves y lo sientes, pero
aún el aire de mi PADRE que es el que nos da todo, así es mi PADRE, humilde,
regocijado con sus hijos, con su CREACION, que somos todos, uno solo en mi
PADRE y uno solo en la MADRE NATURALEZA,
la pareja hermosa y pura, como un solo fruto en un árbol, hay mucho fruto pero
es uno solo, que la MADRE NATURALEZA entrega.
Debemos dejar de ser
vanidad en los mundos de la MADRE NATURALEZA; la MADRE NATURALEZA no es
vanidosa, es sencilla, muy sencilla, armoniosa y es también llena de gozo, que
se extasea cuando mi PADRE la levanta y se extasea en ella y en sus hijos
cuando los abraza, pero también cuando encuentra que sus hijos están
despercudidos, él se extasea y goza de todas las maravillas, porque fue una
sola CREACION para siempre la de mi PADRE.
Seamos humildes ante mi
PADRE y ante el mundo, seamos armoniosos y amémonos los unos a los otros, así
como el DIVINO MAESTRO JESUS nos enseño; cuando el uno le quiera entregar al
otro el dolor, el desprecio, la angustia o que te veas ultrajado, siendo todos
hermanos, levanta la mirada hacia mi PADRE y hacia la MADRE NATURALEZA, abraza
un hermano, si no tienes a quien, abrázate tu mismo y di: PADRE, MADRE
NATURALEZA, tu estas en mi y yo estoy en ti, entonces llegara la alegría,
llegara la armonía y la luz se extenderá, como se extienden los soles en los
bosques.
Todos hemos venido a
dejar huella imborrable en el seno de la MADRE NATURALEZA, no ha pasar sin pena
ni gloria.
¡Que la Luz Infinita del PADRE
ETERNO los acompañe y el camino sea perfecto!
Con mucho Cariño: Atentamente: Jeremy.